Ángela Solís O’Neal
Ángela Solís O’Neill es una artista plástica nacida en Lima, Perú, en 1996. A pesar de haber nacido en Perú, ha pasado la mayor parte de su vida en Sevilla, España, ciudad que ha influido profundamente en su desarrollo artístico. Posteriormente, se trasladó a Madrid, donde continuó sus estudios. Desde temprana edad, Ángela mostró una fuerte inclinación hacia el arte, inspirada en gran medida por su madre, también artista. Sin embargo, bajo la recomendación materna, decidió estudiar una carrera en Economía, lo que la llevó a trabajar como auditora durante un tiempo. Su vida dio un giro radical cuando un accidente sufrido por su madre la impulsó a reconsiderar sus prioridades y finalmente a dedicarse por completo a su verdadera pasión: el arte. Desde entonces, Ángela ha seguido una trayectoria autodidacta y ha complementado su formación en instituciones de renombre. Fue becada para participar en el prestigioso Summer Undergraduate Residency Program (SURP) de la New York Academy of Arts. Además, ha completado el Curso Fundamental de la Escuela SUR en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y ha realizado estudios en el California Institute of the Arts y en la Universidad de Sevilla. Su obra ha sido expuesta en diversas ciudades, incluyendo Sevilla, Madrid, Nueva York y Lisboa. En esta última, realizó una residencia artística en PADA Studios, donde desarrolló proyectos que han marcado su carrera. Actualmente, Ángela tiene su estudio de pintura en Sevilla y continúa con su prolífica actividad artística. Sus próximas exposiciones están programadas en el Museo Antiquarium de Sevilla y la Galería Espattio en Madrid, donde presentará nuevas obras que reflejan su evolución y visión única.
En su búsqueda artística, Ángela Solís O’Neill ha encontrado un profundo placer en la exploración constante de formas, materiales y emociones. Su obra, predominantemente pictórica y plástica, está fuertemente influenciada por su pasión por el dibujo, que impregna cada trazo y decisión creativa, aunque también coquetea con la escultura, buscando siempre nuevas formas de expresión. Formada en una tradición clásica y natural, Ángela no se aleja del todo de las formas humanas y materiales, pero las reinterpreta a través de un lenguaje abstracto muy personal. Su trabajo se caracteriza por la deformación de objetos cotidianos como edificios, bicicletas o cuerpos humanos, los cuales se convierten en vehículos para expresar sentimientos profundos, a menudo ligados al sufrimiento y a la infancia. Estas deformaciones no son meros ejercicios estilísticos, sino que buscan revelar las emociones subyacentes y las experiencias universales del ser humano. Su paleta de colores es intencionadamente monocromática, con combinaciones que enfatizan la simplicidad y el contraste: azul y blanco, negro y blanco, rojo y blanco, etc. Este enfoque permite que el verdadero protagonista de su obra sea la línea, el dibujo, donde el color y la textura juegan un papel secundario pero crucial, acompañando y reforzando la narrativa visual. Trabaja en una variedad de formatos, aunque prefiere los tamaños medianos y grandes, que le permiten explorar y expandir sus ideas con mayor libertad. Ángela se aleja de los grandes temas sociales, prefiriendo centrarse en la humanidad en su forma más íntima, utilizando el sufrimiento como un hilo conductor que une a las personas a través de la empatía. En su obra, los elementos comunes cobran una carga emocional intensa, sirviendo como puentes entre el espectador y las experiencias compartidas. Su estilo refleja una conversación constante con diversas corrientes artísticas y maestros de distintas épocas, evidenciando una búsqueda incansable, un hurgar hacia dentro mientras experimenta con materiales y formas. Ángela Solís O’Neill nos invita a un viaje introspectivo, donde cada obra es un intento de conectar más profundamente con la esencia humana y los lazos que nos unen a través de la experiencia compartida del dolor y la memoria.