Bruno Angelo

Soy el único músico en mi familia. Mi padre siempre ha sido un entusiasta de la música euroclásica, así que empecé a aprender el piano gracias a él. Me tomó un tiempo hasta que me sentí cómodo tocando este instrumento, pero en algún momento decidí que realmente me gustaba, así que seguí por mi cuenta, hasta el punto de que busqué y finalmente obtuve un título de médico en composición musical . Pero no etiquetaría mi música como «clásica», a pesar de que podría tener algún residuo de Beethoven en mi fondo auditivo.

Mi madre es una especie de artista visual diletante, una con una mente inquieta, inventando conceptos y técnicas todo el tiempo. Siento que no conseguí su sensibilidad y su comportamiento incómodo con el mundo hasta hace muy poco, ya que yo mismo comencé a aventurarme fuera de la música, buscando otras formas de expresión, particularmente a través de la escritura, el dibujo y la creación de videos. Una cosa llevó a la otra, y actualmente me resulta difícil definirme estrictamente como músico. Prefiero pensar en mi papel en este mundo como el de un artista que trabaja con sonido. Esto significa que el sonido (y no solo la música) es la materia prima sobre la que generalmente intento construir y comprender las realidades, y también relacionarme con las personas que me rodean.

Nací en una ciudad brasileña llamada Pelotas, cerca de la frontera entre Brasil y Uruguay, pero viví la mayor parte de mi vida adulta en Porto Alegre, que es una capital provincial en el sur de Brasil. He pasado algún tiempo en Buenos Aires y actualmente vivo en Madrid, España.

Aunque también creo poemas, imágenes o lo que sea, el sonido y la música son mi hogar. Actualmente estoy buscando mi camino a través de las intersecciones entre las llamadas «disciplinas artísticas», y es por eso que me mudé a Madrid y me embarqué en una Maestría en Artes y Profesiones de Arte en Sur Escuela. Mis intereses implican trabajar con cosas pequeñas (micronidos, gestos e historias cotidianas y sin pretensiones), que a menudo tienden a esfuerzos irónicos, expresivos o absurdos.

Espero poder hacer que las cosas converjan.